Con el acceso a internet cada vez mayor que tienen las personas a través del teléfono celular, la tableta o la computadora, el cyber bullying se ha convertido en un problema cada vez mas frecuente, ya sea porque el niño, la niña o adolescente es quien ejerce el acoso o es víctima de ello.

Padres, madres, tutores y docentes deben estar atentos ya que los niños o adolescentes no siempre son conscientes de su participación en un acto de acoso. A veces por desconocimiento de las consecuencias que genera, otras porque piensan que se trata solo de una diversión. Sin embargo, a diferencia de la burla escolar del siglo XX cuando Internet aun no existía, el cyber bullying de hoy, genera efectos más graves sobre los que conviene dialogar. La audiencia que ofrece Internet es ilimitada y la burla por Internet puede llegar a un público mucho mayor que los 30 alumnos del grado o el curso. 

El cyber bullying es el acoso por Internet que puede sufrir una persona cuando alguien lo intimida a través de la web. Por lo general, se trata de un acoso verbal, equivalente al insulto, burla o a la agresión que genera en la víctima un fuerte y negativo impacto emocional. En algunos casos, puede provocar un efecto traumático, si las víctimas son niños y adolescentes, porque son más sensibles y vulnerables a este tipo de situaciones. Por efecto de estas intimidaciones, pueden sentir depresión, deseos de aislamiento, desgano, inseguridad y una profunda sensación de infelicidad. Quienes acosan se valen de las tecnologías para amenazar, intimidar, difamar, calumniar y finalmente excluir a las personas acosadas.

La principal recomendación es el diálogo. Conversar con los niños, niñas y adolescentes acerca del uso que hacen de Internet, conocer las páginas web que visitan, saber con quiénes se comunican en línea y estar al tanto de qué información suben a su perfil en las redes sociales, es la mejor manera de acompañar a los más jóvenes ante cualquier situación difícil o de riesgo que se les pueda presentar cuando navegan por Internet. 

 

Consejos específicos para adultos/as responsables

 

-Conversar abiertamente acerca de lo que significa el acoso por Internet y animarlos a compartir sobre sus preocupaciones al respecto. Explicarles que, sumarse a una intimidación como espectadores que festejan el acto (aunque ellos no lo hayan generado) también puede causar un fuerte impacto en la víctima.

-Bloquear a los contactos/usuarios que ejercen el cyber bullying. Si se detecta que alguien está intimidando o difamando a otro, es conveniente dirigirse al administrador del sitio para que actúe en consecuencia.

-Bloquear contactos no conocidos por el niño o adolescente en las redes sociales, de manera que solo sus amigos o conocidos puedan comunicarse con ellos. 

-Configurar el perfil de la red social que utilice el adolescente para que sólo sus amigos puedan ver su información o hacer comentarios sobre los contenidos que comparte. En ningún caso el perfil de los jóvenes debe ser abierto o público.

-Incorporar en la enseñanza escolar y en el diálogo familiar reflexiones sobre la diversidad en los grupos, el respeto a las diferencias y la valoración de todas las personas con quienes convivimos.

 

¿Qué hacer si el niño, la niña o adolescente informa que está siendo acosado?

 

-En primer lugar, tranquilizarlo/a, y hacerle saber que hizo lo correcto en compartir con un adulto lo que le está pasando. 

-En ningún momento minimizar lo que ha ocurrido ni lo que él o ella siente.

-Demostrarle que es querido/a y valorado/a, ya que en los casos de cyber bullying lo primero que se afecta es la autoestima. 

-Explicar por qué no debe responder a las intimidaciones que está recibiendo.

-Ayudarla a establecer normas de seguridad en sus perfiles en las redes sociales.

 

¿Qué hacer si el niño, la niña o adolescente a nuestro cargo es acosador?

 

-Conversar, explicar por qué esta conducta es negativa y cuáles son los motivos por los que debe abandonarla.

-Preguntar por qué está realizando esta práctica. El acoso puede ser indicador de otros problemas que está atravesando.

-Explicar que la intimidación no es sólo física, sino que también puede ser verbal. El uso de las tecnologías para burlarse, avergonzar y difundir rumores falsos son también comportamientos intimidatorios.

-Buscar contención y asesoramiento psicológico. Establecer límites también es una forma de brindarles contención.

-Incorporar en la enseñanza escolar y en el diálogo familiar el tema del respeto, de la integración con “los otros” y del valor de las diferencias.

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Artículo elaborado por Roxana Morduchowicz* para Juntos por la Educación (2017)

*Doctora en Comunicación de la Universidad de Paris. Consultora de UNESCO. Autora del libro “Los chicos y las pantallas”.