Recientemente hablamos sobre la infraestructura escolar desde la mirada de la suficiencia, es decir, si nuestros alumnos están asistiendo a escuelas con los requerimientos mínimos de infraestructura. Ahora queremos plantear el tema desde la equidad, entendiéndola como la igualdad de acceso a los recursos físicos y desde la efectividad, como la articulación entre la infraestructura y los logros académicos.

Continuando con los datos obtenidos en el estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo-BID y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe-UNESCO (Duarte, Jaureguiberry, Racimo, 2017), que toma la base de datos del TERCE, las brechas para lograr una educación equitativa en Paraguay son grandes.

En relación al nivel socioeconómico, las inequidades pueden observarse al comparar estudiantes que se encuentran en el cuartil más rico frente a aquellos que están en el cuartil más pobre. Mientras que el 82,3% de los estudiantes del tercer grado del cuartil más rico cuentan con espacios pedagógicos, en el cuartil más pobre esta cifra es del 44,2%; 78% de los estudiantes del cuartil más rico tiene acceso a escuelas con suficiente conexión a electricidad, internet y teléfono, siendo del 15,2% la cifra alcanzada para los estudiantes del cuartil más pobre; en cuanto a la población que va a escuelas con conexión de agua y saneamiento adecuados, si bien es bajo el porcentaje en ambos niveles socioeconómicos, el bajísimo porcentaje para los estudiantes del cuartil más pobre (4,7%) frente a los del cuartil más rico (42,1%) es alarmante; por su parte, el 71,7% de los estudiantes del cuartil más rico accede a aulas suficientemente equipadas en comparación con el 29,5% en el cuartil más pobre; la disponibilidad en las instituciones educativas de áreas de oficina alcanza para los estudiantes del cuartil más rico un 71,6% y para los estudiantes del cuartil más pobre un 18,9%; por último, no existe mucha diferencia en cuanto a la disponibilidad de espacios múltiples en las instituciones educativas según nivel socioeconómico, aspecto que está mayormente vinculado a las disponibilidad de cancha deportiva.       

Gráfico 1: Porcentaje de estudiantes que asiste a escuelas con infraestructura suficiente según nivel socioeconómico TERCE 2013, tercer grado

Fuente: Elaboración propia en base al Informe.

También se observan desigualdades si se considera la zona geográfica en donde se encuentra la escuela, es decir, la condición de infraestructura de las escuelas que se encuentran en zonas rurales es más deficiente frente a las instituciones que se encuentran en las zonas urbanas y esta situación de desventaja se sigue dando si las escuelas son de gestión pública frente a las escuelas de gestión privada (Duarte, Jaureguiberry, Racimo, 2017, p. 27-28).

Considerando la relación entre la efectividad y la infraestructura escolar, si bien los valores observados en el informe no establecen relaciones de causalidad entre ambas dimensiones, evidencian asociaciones positivas con las categorías de espacios pedagógicos-academicos (biblioteca, sala de computación, laboratorio, sala de artes y músicas) y con el de conexión a servicios (Duarte et al., 2017, p. 37).

Estos datos muestran que aún nos queda mucho por hacer para mejorar la infraestructura escolar de las instituciones educativas de Paraguay, y más aun comprendiendo que este espacio físico denominado “escuela” debe motivar un aprendizaje más significativo para los alumnos. Por otra parte, constatar que seguimos perpetuando situaciones de desigualdad en la educación que es un bien público y un derecho que debe ser garantizado sin importar el origen socioeconómico, la zona geográfica, la pertenencia a grupos étnicos, entre otros factores.

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Artículo elaborado por Andrea M. Wehrle Martínez para el Observatorio Educativo Ciudadano (Junio, 2020)

 

Bibliografía

Quentin Wodon, Banco Mundial. (2017). Infraestructura escolar en Paraguay: necesidades, inversiones y costos.