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Docente indígena recibe reconocimiento de REDUCA

El 23 de mayo, la Red Latinoamericana por la Educación (REDUCA) realizó un reconocimiento a las prácticas innovadoras e iniciativas inspiradoras de docentes de 16 países de América Latina y el Caribe. En Paraguay, Juntos por la Educación, miembro de REDUCA, propuso otorgar este reconocimiento a María Yarati, docente indígena del Dpto. de Pdte. Hayes, por su compromiso con la comunidad y con la educación, en un contexto de alta vulnerabilidad y agravado por los efectos de la pandemia.

María Yarati es del pueblo Qom, vive en Cerrito, a unos 200 km de distancia de la comunidad Jerusalén, donde enseña. Tras el cierre de las escuelas en marzo del 2020, buscó las formas para posibilitar que los y las estudiantes continúen sus procesos educativos. Asumió su compromiso con creatividad, innovación, empatía y solidaridad, brindando acompañamiento y contención socioemocional a las familias, tan necesarios en tiempos de crisis. 

Como primera medida creó grupos de WhatsApp para gestionar las tareas, pero se encontró con la realidad de que sólo 5% de los padres contaba con ese medio, tomando la decisión de pagar ella misma las fotocopias de tareas y enviarlas por encomienda. A pesar de ese esfuerzo, fue muy difícil que sus alumnos continuaran aprendiendo debido a que la mayoría de los padres y madres no podían leer y escribir. Apenas se habilitó el transporte público, María se trasladó a la comunidad para acompañar el proceso de aprendizaje de las familias. Destaca que los padres están más involucrados en el proceso de aprendizaje de sus hijos y que incorporar la tecnología es fundamental. Considera que no existe género para ningún oficio, enseña a sus alumnos que deben seguir estudiando para aportar a la sociedad desde lo que quieran ser y sueña con acabar con el analfabetismo.

En uno de los diálogos de Juntos por la Educación, expresa: “Como pueblos indígenas estamos uniendo esfuerzos, conocimientos, recursos para proyectar todo nuestro ser, pensar, sentir, contribuir a una educación desde nuestro pueblo para nuestro pueblo, enriqueciendo con los demás saberes. Necesitamos más espacio, recurso humano y financiero para que ningún niño indígena, campesino, rural y urbana, sea solo índice de deserción o marginalidad”.

Datos sobre la situación de los pueblos indígenas 

En Paraguay, según datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos - DGEEC (2014), la población indígena está compuesta por 19 pueblos que pertenecen a 5 familias lingüísticas (Guaraní, Lengua Maskoy, Mataco Mataguayo, Zamuco y Guaicurú), cada una con sus propias culturas, sus cosmovisiones y sus lenguas autóctonas. Del total de la población paraguaya, el 1,8% representa a los pueblos indígenas, es decir, 117.150 personas. La familia Guaraní representa al 54,7% de la población, seguida de las familias de Lengua Maskoy (23,6%), Mataco Mataguayo (15,2%), Zamuco (4,0%) y Guaicurú (1,7%).

Uno de los desafíos más importantes para con la población indígena refiere a garantizar el derecho a la educación, y existen normativas nacionales e internacionales que así lo indican. Sin embargo, al observar los datos de la realidad, se evidencian aún situaciones de inequidad en el acceso a la educación y la garantía de este derecho. Según datos de la EPH (2017), el 73,7% de la población indígena en edad escolar (5 a 17 años) se encuentra en situación de pobreza, donde el 40,3% está en pobreza extrema; mientras que, a nivel nacional, el 36,5 % de la población de 5 a 17 años se encuentra en situación de pobreza.

Las personas indígenas continúan viviendo hoy en su gran mayoría en situaciones de exclusión, pobreza y negación de derechos fundamentales. Considerando que los años de educación obligatoria en el Paraguay son 13 (desde Preescolar hasta la Educación Media), según datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) 2017, el promedio nacional de escolarización es de 9 años, mientras que las mujeres indígenas en Paraguay alcanzan tan solo un promedio de 3,5 años de estudio, frente a los hombres indígenas que alcanzan 4,7 años.

Las cifras de analfabetismo en ese sector de la sociedad son mucho más altas que el promedio nacional. Cuatro de cada diez mujeres indígenas no saben leer ni escribir (40.8%), mientras que para los hombres esta cifra llega al 25,4%. El promedio nacional, sin embargo, llega tan solo al 6%. Se evidencia aquí la exclusión étnica sumada a la discriminación de género, lo que impacta negativamente en las dimensiones social y económica de la mujer indígena y en su participación en ámbitos políticos y de decisión.

Más información: 

https://www.observatorio.org.py/especial/21

https://www.observatorio.org.py/especial/30

Diálogo con docentes indígenas