Ensayo seleccionado en el concurso de escritura "Datos para mejorar la Educación"

Autora: María Paz Echauri Castagnino

Universidad Iberoamericana, Psicopedagogía

Negligencia en la educación de la primera infancia

Como estudiante de psicopedagogía siempre he escuchado acerca de la importancia del cuidado en la primera infancia. Son numerosas las capacidades que se pueden desarrollar en esta etapa en donde la plasticidad cerebral es máxima, permitiendo una mayor receptividad a los estímulos ambientales. Así también, es una etapa vulnerable, que requiere del estímulo oportuno cognitivo y en donde no se pueden permitir negligencias debido a que estas podrían alterar el funcionamiento intelectual de los niños. Uno de los aspectos a cuidar es la alimentación, dado que en la primera infancia es esencial para el desarrollo integral de los niños y niñas, especialmente en lo que respecta a la formación de áreas clave del cerebro asociadas con la lectoescritura y las habilidades matemáticas.      

Teniendo esto en cuenta, está claro que las negligencias representan un riesgo significativo para el desarrollo saludable de un niño. Lo que me lleva al análisis del primer cuerpo de datos.  

Tasa específica de escolarización de la población de 4 años.      

En este gráfico se observa el porcentaje de niños de 4 años que son escolarizados alrededor del país. Como se puede apreciar, la ciudad de Asunción cuenta con la tasa más alta de niños de 4 años escolarizados, siendo ésta un poco más del 60%. Estos números son bastante desalentadores, ya que para los 4 años los niños ya deberían estar recibiendo estímulos oportunos para adentrarse en la lectoescritura. Como es bien sabido, los niños no sólo reciben educación en las instituciones, sino que también alimentos, que como ya se ha mencionado, es fundamental para el desarrollo intelectual. Los números son aún más desalentadores si observamos a departamentos como Boquerón y Pte. Hayes, donde no más del 30% de los niños son escolarizados a esta edad.  

Tasa neta de escolarización del preescolar en 2020      

En este gráfico se puede nuevamente observar que existe un déficit en la estimulación temprana de los niños. Podría ser que la escolarización de los mismos no sea una prioridad, ya que incluso un alto porcentaje termina abandonando sus estudios según datos del INTN. Los datos pueden ser duros, pero se debe atender a otras variables, ya que estos pueden ser consecuencia de una diversidad de factores tales como la precariedad de las escuelas, la falta de recursos para atender a necesidades específicas de apoyo educativo, la infraestructura que se ve afectada ante fenómenos meteorológicos o la malversación de recursos como los kits y meriendas escolares. Es de suponer que la alta tasa de niños que no asisten a escuelas puede no guardar relación con una negligencia de los padres propiamente, sino con una negligencia a nivel país, donde la educación y alimentación de los niños y niñas  pasa a un segundo plano para luego ser olvidado.

Todo esto me tocó vivirlo de cerca en una práctica universitaria en una Unidad de Salud Familiar en Viñas Cué, en donde venían varios niños derivados de escuelas de alrededores con problemas de aprendizaje. Estas dificultades siempre estaban relacionadas a una situación precaria, ya sea por una mala alimentación que consecuentemente producía enfermedades que derivaban en ausentismo o por una falta de atención personalizada en las escuelas. Es por esto que es difícil abordar estos casos de forma individual, sino que se debe hacerlo interdisciplinariamente. Por ejemplo, en la USF, trabajamos en conjunto con una nutricionista (alimentación) y un pediatra (salud), debido a que los problemas de aprendizaje nunca podían ser abordados sólo desde la psicopedagogía (mi área) solamente. Era realmente una rosca de problemas que se venía acumulando debido a la negligencia.  

Concluyo diciendo que el cuidado y la atención dedicados a los niños no solo son actos de amor y responsabilidad individual, sino también inversiones fundamentales en el futuro de nuestra nación. Se deben construir planes de acción para erradicar la negligencia, ya que los niños de hoy son los líderes, innovadores y ciudadanos del mañana. Cada momento de cuidado, educación y apoyo que proporcionamos a los niños contribuye directamente a la construcción de un futuro sólido y próspero para nuestra sociedad. Al reconocer y priorizar el cuidado de los niños y niñas, estamos invirtiendo en el crecimiento saludable de nuestra sociedad y asegurando un legado positivo para las generaciones venideras.