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“El que quiere puede”. Una mirada a la educación y las barreras sociales.

“El que quiere puede”. Una mirada a la educación y las barreras sociales.

Por Dominga Maidana para el Observatorio Educativo Ciudadano, 2024.

Más de una vez escuchaste que el que quiere, puede. Asumimos que si tenemos la suficiente voluntad, somos capaces de alcanzar nuestras metas. La realidad no es más que otra. Existen factores internos y externos que condicionan el “yo puedo”.

Cuando hablamos de educación, esta frase resulta reductiva e inexacta. Ignoramos las profundas desigualdades estructurales que existen en la sociedad. Existen barreras a las que uno se enfrenta para acceder a la educación, como el nivel socioeconómico, entorno familiar, etnia, género, idioma que se habla, lugar de residencia, etc. 

En Paraguay, las disparidades en el acceso a la educación entre diferentes zonas geográficas son evidentes. Según la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) de 2022, los habitantes de las zonas rurales promedian 8 años de estudio, mientras que en las zonas urbanas el promedio es de 11 años. Hay una brecha de tres años. La zona de residencia condiciona la posibilidad de aprender a leer y escribir. Es una desigualdad en el acceso a la educación, que no es una cuestión de deseo o esfuerzo, sino de oportunidades. 

El sistema educativo: ¿Reproductor de desigualdades o creador de oportunidades?

Tenemos que entender que “poder” no radica solo en esfuerzo o deseo, sino en un sistema que, muchas veces, amplifica las desigualdades preexistentes. Entonces, ¿qué debe hacer el Estado? Garantizar que todos y todas tengamos las mismas oportunidades. La realidad es todo lo contrario, profundiza las desigualdades, perpetúa la exclusión y limita el desarrollo de quienes más lo necesitan. 

Pierre Bourdieu, sociólogo francés, consideraba que el sistema educativo reproduce la desigualdad social. Su teoría de la reproducción cultural, sostiene que el sistema educativo contribuye a la reproducción de las estructuras y jerarquías sociales, consolidando las desigualdades en lugar de ofrecer oportunidades igualitarias. La escuela favorece a los estudiantes que ya poseen atributos culturales, sociales y económicos, lo que les proporciona una ventaja en el proceso educativo. Estos estudiantes reciben reconocimiento público a través de títulos académicos, lo que a su vez les facilita el acceso a mejores oportunidades en la vida.

Este proceso no es explícito, sino que se manifiesta de manera sutil, ya que el sistema educativo se presenta formalmente como igualitario, sin embargo, actúa como un mecanismo que refuerza la jerarquía social, manteniendo a las clases desfavorecidas en un ciclo de desventaja.

Según un informe de UNICEF (2016), el sistema educativo a menudo es el principal actor que excluye a los estudiantes. ¿Cómo se ve esta exclusión? Exigiendo uniformes y materiales costosos; para muchas familias, el uniforme escolar tiene más importancia y valoración social que la ropa para ocasiones festivas o de salida. Que las lenguas locales, incluido el guaraní, no estén integradas eficientemente en los planes de estudio; la situación de analfabetismo en las zonas rurales también se debe al idioma que se utiliza para la enseñanza, ya que el idioma utilizado mayormente en el hogar podría constituirse en un factor determinante para aprender. Que no haya una escuela o un colegio cerca de la comunidad; el factor de proximidad representa un criterio sumamente importante para las familias a la hora de seleccionar las instituciones educativas para sus hijos, ya que son conscientes de los costos de los traslados.

Sabemos que una buena educación es una de las principales herramientas para acceder a un buen trabajo y, en consecuencia, mejorar la calidad de vida y el bienestar económico. Sin embargo, cuando la pobreza es una barrera para acceder a la educación, es un ciclo difícil de romper.

En nuestro país, la educación y la pobreza están estrechamente vinculadas. Las personas con menores ingresos son las que menos acceso tienen a una educación de calidad. Los datos muestran que la población con ingresos más altos tiene en promedio 13 años de estudio, mientras que la población con menos ingresos cuenta con 7 años.

Es 4 veces más probable que una persona que terminó los 12 años de escolaridad gane al menos el salario mínimo en comparación con alguien que no lo hizo. En Paraguay, difícilmente la educación podrá ser una herramienta para salir de la pobreza mientras que la pobreza sea una barrera para acceder a la educación.

El estudio Gratuidad de la Educación Pública de Ortíz (2022), expone que a diferencia de las familias de clases desfavorecidas, las familias de clase media que viven en áreas urbanas se enfocan en la educación y la inversión económica para tener éxito en el aprendizaje, y así crear proyectos de vida a largo plazo.

“La educación es un compromiso, más bien, mucho más fuerte de la familia que de la escuela y que para que nuestros niños terminen y lleguen al objetivo que nosotros nos trazamos y que ellos se trazan, depende muchísimo de nosotros también y de ellos, no solamente de la escuela. Esa es nuestra mentalidad [...] que ellos terminen el colegio, primeramente, y por sobre todo que ingresen en la facultad y terminen una carrera universitaria”. (G.S., Villeta, 9 de diciembre de 2021).

No todos partimos desde el mismo punto. Es por eso que “el que quiere puede” sería real si y sólo si todos fuéramos iguales y tuviéramos las mismas oportunidades. No somos iguales ni genéticamente ni socialmente. La diversidad de experiencias, orígenes, contextos sociales, culturales y económicos impacta directamente en las trayectorias educativas de cada individuo.

No estamos diciendo que sea imposible que alguien salga adelante a pesar de un contexto difícil. Hay historias de superación, personas que logran superar las barreras. Son inspiradoras y tienen factores en común: la comunidad, redes de apoyo, oportunidades y resiliencia. Sin embargo, estas historias no son vistas como la norma, sino como excepciones que resaltan la importancia de crear un sistema que proporcione las herramientas y el entorno adecuado para el éxito de todos.

¿Te das cuenta que no es simplemente una cuestión de esfuerzo individual? Sino de las oportunidades que el sistema ofrece a cada persona.“El que quiere puede” se desmorona ante las realidades de un sistema que no está preparado para abordar ni reducir las barreras educativas.

Tal como señala Juntos por la Educación (2023), los problemas educativos no pueden ser abordados de manera aislada, requieren soluciones que involucran a múltiples sectores para lograr un impacto positivo en el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. El enfoque de políticas educativas debe ser sistémico, intersectorial y con visión territorial. 

Nuestro sistema educativo debe ofrecer un entorno estimulante y respetuoso, donde todos los niños, niñas y adolescentes tengan la oportunidad de desarrollar sus capacidades cognitivas y sociales. Es fundamental fortalecer la coordinación entre distintos sectores y agencias gubernamentales para la implementación de iniciativas integrales, descentralizadas, oportunas y eficaces para abordar los desafíos de la educación.

Es responsabilidad del Estado y de la sociedad en su conjunto trabajar para garantizar que los obstáculos sean eliminados y que todos, sin excepción, tengamos la posibilidad de alcanzar nuestro potencial.

 

Fuentes consultadas

Bourdieu, P., & Passeron, J. (1990). Reproduction in Education, Society and Culture. Sage Publications.

Juntos por la Educación. (2023). Propuestas para la Gobernanza y Agenda Educativa 2023-2028. Asunción, Paraguay.

Investigación para el Desarrollo-Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (2016). Perfiles de la exclusión educativa en la República del Paraguay. Asunción, Paraguay. 

Observatorio Educativo Ciudadano. (s.f.). Indicador 323: Promedio de años de estudio de la población de 15 años y más, por área. https://observatorio.org.py/indicadores/indicador/323

Observatorio Educativo Ciudadano. (s.f.). Indicador 142: Promedio de años de estudio de la población de 15 años y más, por quintiles de ingreso. https://observatorio.org.py/indicadores/indicador/142

Observatorio Educativo Ciudadano. (s.f.). Especial 36: Exclusión social y analfabetismo en Paraguay https://observatorio.org.py/especial/36

Observatorio Educativo Ciudadano. (s. f.). ¿Sabías qué? Años de estudio https://observatorio.org.py/sabias-que/14

Ortiz, L. (2022). Gratuidad de la Educación Pública. Asunción, Paraguay.