Esta década quedó marcada por la consolidación de movimientos estudiantiles en lucha contra la corrupción. En 2015, universitarios derrocaron en la UNA al rector Froilán Peralta. Poco después, la toma de colegios obligó a renunciar a la ministra de Educación Marta Lafuente.
Trabajos de investigación periodística realizados a partir de información pública revelaban en 2015 que el entonces rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Froilán Peralta, pagaba con salarios de docente a su secretaria Tatiana Cogliolo y que había viajado con ella en por lo menos una docena de oportunidades con viáticos de la universidad.
A partir de allí, armados con la Ley 5189/2014 de Acceso a la Información Pública, los propios estudiantes pasaron a denunciar casos de nepotismo y cobros irregulares, reclamando el cese de la corrupción. A la par, bajo el lema “UNA no te calles”, los estudiantes tomaron casi todas las facultades de la Universidad Nacional.
El 21 de setiembre, los jóvenes iniciaron una vigilia permanente frente al Rectorado. El 25 de setiembre de 2015, mientras seguían brotando denuncias de corrupción, un acorralado Froilán Peralta renunció finalmente al cargo. También se fueron 10 decanos de 12 facultades.
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